domingo, marzo 11, 2007

La palabra es la cosa






Dentro las creencias más arraigadas del misticismo hebreo está la noción del lenguaje como elemento a través del cuál la divinidad crea y sostiene al mundo. El Sepher Yetzirah uno de los libros fundamentales en Cábala es un tratado donde se hace referencia a las veintidós letras del alfabeto hebreo como los ladrillos que sostienen la creación. Tres letras madres que corresponden a los elementos fuego, agua y aire; siete letras dobles que se equiparan a la energía de los planetas de la astrología clásica y doce letras sencillas asignadas a los signos del zodiaco. La cábala no es un cuerpo de creencias unificado, hay diversas escuelas y tradiciones que la conforman, unas más místicas que otras. Por ejemplo las veintidós letras hebreas en algunas corrientes se relacionan a los veintidós poliedros regulares conocidos para de esta forma aportar la estructura del universo.
Para los cabalistas la palabra está ligada a la cosa en formas que trascienden la asociación circunstancial, la palabra es la cosa. En uno de los libros apócrifos de la Biblia se relata como Jesús en su infancia le dio cátedra al maestro que pretendía enseñarle el alfabeto acerca de los significados ocultos de las letras. En la actualidad Margaret Magnus, una reconocida lingüista estadounidense, ha realizado estudios extensivos en la lengua inglesa para demostrar que la manera en que asignamos las letras a las palabras está relacionada con el significado, esta disciplina se conoce como Fono semántica. Asimismo hemos visto que la numeración asignada a las letras e incluso la grafía le dan al cabalista elementos para encontrar los significados ocultos y las leyes que gobiernan el universo, una de los cabalistas que más desarrollo el tema fue Abraham Abulafia en la España medieval, más o menos por la misma época de la publicación del Zohar. Aquellos seguidores de Richard Gere recordaran el film Bee Season, donde el actor interpreta a un profesor de religión estudioso del sistema cabalístico de Abulafia, que descubre que su hija puede alcanzar estados místicos al deletrear las palabras. Está visión de la Cábala es parcial, pues esta tradición incluye muchísimos más elementos, sin embargo es pertinente al tema de las palabras de poder y su uso para modificar a voluntad la realidad interna y externa.
Hay infinidad de palabras para invocar el concurso de la energía del universo en distintas tradiciones. Recordemos como ejemplo los mantras empleados en Oriente, la explicación de porque parecen funcionar pasa desde las que ya hemos dado, hasta las más racionalistas que sugieren que es una forma de enfocar la mente para un propósito, ó de liberar el potencial inconsciente de la mente . En la corriente Chaos Magick una de las derivaciones modernas de la Tradición Mágica Occidental se ha llegado a inventar un lenguaje llamado Ouranico Barbarico para potenciar sus rituales, sus palabras se han diseñado al azar, aunque en ese punto algo podría comentar la profesora Magnus.

1 comentario:

Deirge dijo...

Y la palabra es vida. Un atributo divino diría yo. Dios, la fuerza creadora, origen y motor conciente de la estructuración de la materia, la uso como medio coherente de darle sentido y paralelismo en el mundo fisico a su divina abstracción. En ocasiones, leo las coincidencias entre los pilares estructurales de las religiones predominantes en nuestra sociedad y nunca deja de sorprenderme, el hilo conductor que une firmemente, la gran idea mistica de un elemento creacionista basada en un elemento profundamente racional como es la palabra. ¿Metáfora o el medio más trascendental de comunicación con Dios, cualquiera sea el nombre que lleve en nuestros pensamientos?

No podría decirlo, pero la mera insinuación de la idea es tan poderosa y rotunda, que me permite recrear rincones de mi energía que de otra manera, no tendrían forma exacta.

Un saludos!