jueves, marzo 19, 2009

Sobre el equinoccio


Como es sabido, la Goldendawn se encuadra en los llamados cultos solares, es decir aquellos que veían al sol en el universo como una manifestación visible del Dios creador, y que asimismo tomaban el ciclo anual para ejemplificar el camino del alma que desciende en la materia –en inocencia- y que gracias a su trabajo y aspiración regresa a la fuente original –en conciencia-.
El los últimos años muchas críticas se han oído acerca de las religiones solares, tachándolas de organizaciones patriarcales, intolerantes, que tienden a crear estructuras religiosas rígidas de estructura piramidal, donde a veces la forma parece ser más importante que el fondo. Y realmente esas opiniones son muy certeras a la hora de poner el dedo en la llaga; sin embargo hay que considerar que es la naturaleza humana la que tiende a desvirtuar las cosas y que en el núcleo de esas creencias hay tesoros espirituales para el que se tome la molestia de buscarlos.
Esta semana se esta marcado la entrada del equinoccio de primavera –vernal- para el hemisferio norte, es de todos conocidos que la inclinación terrestre crea el fenómeno de las estaciones cuando el sol se posiciona por encima o debajo del ecuador. Es en los equinoccios cuando la distancia entre el sol y ambos polos es igual lo que equivale a días y noches con la misma duración. Para los cultos solares el equinoccio vernal es el punto de inflexión que representa al alma que se empieza a liberar de la materia y comienza el camino hacia su liberación-iluminación.
La orden hermética de la Goldendawn tomaba el panteón egipcio como base de muchas de sus ceremonias y en relación al ciclo solar el drama de Osiris-Horus-Isis, donde evidentemente hay un sentido metafórico es las representaciones, sin embargo también suscribía una teoría magnético planetaria que afirmaba que el las 24 horas antes y después de el equinoccio se abría un espacio en que las corrientes terrestres se anulaban propiciando sintonizarse con la energía solar.
En todo caso el rito tenía un sentido aparente en que se hacía el cambio de dignidades, y la sustitución de contraseñas. Y otro en el que el trabajo de los involucrados, que incluía la asunción de formas divinas; el juego de energías entre los opuestos –luz-oscuridad, vida, muerte, calor-frío, etc.- en busca del balance; y la bajada de la energía solar pretendía consolidar el trabajo grupal y el desarrollo personal de los involucrados.