En éstos días voy a subir algunos textos relacionados con la operación que estoy delineando para el año zodiacal, - a partir del equinoccio vernal y hasta el siguiente- El tema que voy a tratar es particularmente profundo, pero quisiera circunscribir la información a los aspectos más relevantes con respecto al objetivo que me he trazado.
Habíamos visto que uno de los apartados en los que la Cábala se divide es la Dogmática que estudia los libros sagrados Hebreos especialmente la Torah -Antiguo Testamento-, y otra de las categorías es conocida como Cábala Literal que analiza las relaciones de letras y números para determinar los vínculos secretos que existen en el universo. De todas las palabras existentes es evidente que las más importantes son las empleadas para referirse a Dios. En la Biblia Hebrea encontramos infinidad de nombres sagrados, que están allí no tanto en calidad de sinónimos, sino para expresar un aspecto particular de la manifestación divina. En la Torah de todos los nombres de Dios el que aparece con más frecuencia es el Tetragrámaton con una ocurrencia de hasta 6,828 veces dependiendo de la versión. Este nombre esta formada por las letras Yod-He-Vav-He y se supone que esconde o sugiere el verdadero nombre de Dios. Al decir esto queremos indicar que se podría tratar del Notaricon de algún conjunto de palabras, ó de una palabra a la que hay que añadir vocales, ó que hay que transliterar las letras, ó que las letras deben ser cambiadas ó combinadas, ó alguna otra de las innumerables técnicas para jugar con las palabras que emplean los cabalistas. A pesar de no ser el nombre verdadero se considera sagrado y hay una gran variedad de conclusiones a las que los cabalistas llegan al estudiarlo.
Por ejemplo, existe una relación cabalista clara y fundamental del Tetragrámaton con respecto a los cuatro mundos de manifestación del Árbol de la Vida representando el Yod al Mundo Arquetípico, la primera He al Mundo de la Creación, la Vav al Mundo de la Forma y la segunda He al Mundo de la Acción. Estos cuatro mundos se encuentran explicados sucintamente a continuación.
Decíamos que la Cábala y el pensamiento Neo Platónico comparten la idea de que Dios se manifiesta a partir de una serie de emanaciones que van desde la más cercana a su naturaleza espiritual, hasta el mundo material. Así pues se dice que en la creación encontramos el mundo divino –Atziluth-,–aquí quisiera hacer una acotación con respecto al hecho de que los cabalistas ponen tres velos tras los que se encuentra la esencia última de Dios y empiezan a hacer sus elaboraciones en el punto en que la mente abstracta se puede remontar más alto, es decir el momento de la creación- Este mundo corresponde al Plano Divino, en el que Dios mismo plasma su Esencia en las Diez Emanaciones conocidas como Sephirots, o esferas del árbol de la vida. Por esta razón Dios tiene un nombre distinto en cada una de estas esferas o Sephirah. En este nivel la creación es esencialmente divina - por ello está libre de toda mácula – y es una sola.
El Mundo de la Creación ó Briah es aquel que está encargado, de realizar la creación propiamente . En este mundo se delegan las facultades correspondientes por parte del mundo divino o de Atziluth, para que se desarrolle la creación como algo aparentemente aparte o distinto de Dios o la Divinidad. El Mundo Arquetípico no debe realizar este trabajo, ya que si lo hiciera dejaría de ser divino, se alejaría de la unidad superior y arquetípica para dar origen a la manifestación divina, pero fuera del seno de su total esplendor.De acuerdo al punto de vista que considera a este segundo mundo o Mundo de la Creación como un Arbol de la Vida completo, tenemos que a cada Esfera o Sephirah corresponde una Inteligencia, la que ha sido delegada por la Divinidad misma, en la cualidad correspondiente a cada Sephirah, para producir y guiar las fuerzas de la creación y para que finalmente la Creación se produzca tal como está planeada por la Divinidad. El nivel del Mundo de la Creación está comandado por las inteligencias superiores llamadas arcángeles, de las cuales hay un representante en cada esfera, de acuerdo a la energía divina manifestada. De igual manera, en el Mundo Arquetípico cada Emanación o Esfera corresponde a una representación de la Divinidad. Pero, en realidad, son una sola Inteligencia de Creación. La dividimos sólo para fines didácticos, de acuerdo a las características de cada Sephirah.
El tercer mundo, Mundo de la Formación u Olam ha'Yezirah, es aquel que proviene del Mundo de la Creación, pero aquí las energías y fuerzas en general son menos espirituales o sutiles, acercándose más a la materia densa, donde a la vez se multiplican y diversifican. Se transforman así en una infinidad de inteligencias que permiten el funcionamiento de lo creado. Estas inteligencias pueden ser conceptual izadas como las energías encargadas de mantener la armonía del universo ó antropomorfizar dichas energías en las figuras de ángeles.
Por último ingresamos al cuarto descenso y último Plano de manifestación denominado Mundo de la Acción (Olam ha'Asiyyah . Aquí se mantiene todo lo logrado hasta el Mundo de la Formación, y simplemente se pasa a la constitución física, logrando así la completa realización de la manifestación divina. Es por esta razón que, si bien es cierto todos los mundos son de igual importancia para lograr el objetivo divino, es en este último donde se logra la completa culminación de la Manifestación de Dios. A partir de este mundo material es que nuevamente comenzará el ascenso a la Divinidad o camino de retorno a Él. Cada una de las esferas del árbol de la vida tiene un chakra mundano, que a partir de la tercera esfera corresponden a los siete planetas empleados en la astrología clásica.
Otras de las atribuciones del Tetragrámaton están contenidas en la siguiente tabla
YOD-Rojo-Fuego-León-Querer-Primavera-Basto-Trébol-Padre-Infancia-
Habíamos visto que uno de los apartados en los que la Cábala se divide es la Dogmática que estudia los libros sagrados Hebreos especialmente la Torah -Antiguo Testamento-, y otra de las categorías es conocida como Cábala Literal que analiza las relaciones de letras y números para determinar los vínculos secretos que existen en el universo. De todas las palabras existentes es evidente que las más importantes son las empleadas para referirse a Dios. En la Biblia Hebrea encontramos infinidad de nombres sagrados, que están allí no tanto en calidad de sinónimos, sino para expresar un aspecto particular de la manifestación divina. En la Torah de todos los nombres de Dios el que aparece con más frecuencia es el Tetragrámaton con una ocurrencia de hasta 6,828 veces dependiendo de la versión. Este nombre esta formada por las letras Yod-He-Vav-He y se supone que esconde o sugiere el verdadero nombre de Dios. Al decir esto queremos indicar que se podría tratar del Notaricon de algún conjunto de palabras, ó de una palabra a la que hay que añadir vocales, ó que hay que transliterar las letras, ó que las letras deben ser cambiadas ó combinadas, ó alguna otra de las innumerables técnicas para jugar con las palabras que emplean los cabalistas. A pesar de no ser el nombre verdadero se considera sagrado y hay una gran variedad de conclusiones a las que los cabalistas llegan al estudiarlo.
Por ejemplo, existe una relación cabalista clara y fundamental del Tetragrámaton con respecto a los cuatro mundos de manifestación del Árbol de la Vida representando el Yod al Mundo Arquetípico, la primera He al Mundo de la Creación, la Vav al Mundo de la Forma y la segunda He al Mundo de la Acción. Estos cuatro mundos se encuentran explicados sucintamente a continuación.
Decíamos que la Cábala y el pensamiento Neo Platónico comparten la idea de que Dios se manifiesta a partir de una serie de emanaciones que van desde la más cercana a su naturaleza espiritual, hasta el mundo material. Así pues se dice que en la creación encontramos el mundo divino –Atziluth-,–aquí quisiera hacer una acotación con respecto al hecho de que los cabalistas ponen tres velos tras los que se encuentra la esencia última de Dios y empiezan a hacer sus elaboraciones en el punto en que la mente abstracta se puede remontar más alto, es decir el momento de la creación- Este mundo corresponde al Plano Divino, en el que Dios mismo plasma su Esencia en las Diez Emanaciones conocidas como Sephirots, o esferas del árbol de la vida. Por esta razón Dios tiene un nombre distinto en cada una de estas esferas o Sephirah. En este nivel la creación es esencialmente divina - por ello está libre de toda mácula – y es una sola.
El Mundo de la Creación ó Briah es aquel que está encargado, de realizar la creación propiamente . En este mundo se delegan las facultades correspondientes por parte del mundo divino o de Atziluth, para que se desarrolle la creación como algo aparentemente aparte o distinto de Dios o la Divinidad. El Mundo Arquetípico no debe realizar este trabajo, ya que si lo hiciera dejaría de ser divino, se alejaría de la unidad superior y arquetípica para dar origen a la manifestación divina, pero fuera del seno de su total esplendor.De acuerdo al punto de vista que considera a este segundo mundo o Mundo de la Creación como un Arbol de la Vida completo, tenemos que a cada Esfera o Sephirah corresponde una Inteligencia, la que ha sido delegada por la Divinidad misma, en la cualidad correspondiente a cada Sephirah, para producir y guiar las fuerzas de la creación y para que finalmente la Creación se produzca tal como está planeada por la Divinidad. El nivel del Mundo de la Creación está comandado por las inteligencias superiores llamadas arcángeles, de las cuales hay un representante en cada esfera, de acuerdo a la energía divina manifestada. De igual manera, en el Mundo Arquetípico cada Emanación o Esfera corresponde a una representación de la Divinidad. Pero, en realidad, son una sola Inteligencia de Creación. La dividimos sólo para fines didácticos, de acuerdo a las características de cada Sephirah.
El tercer mundo, Mundo de la Formación u Olam ha'Yezirah, es aquel que proviene del Mundo de la Creación, pero aquí las energías y fuerzas en general son menos espirituales o sutiles, acercándose más a la materia densa, donde a la vez se multiplican y diversifican. Se transforman así en una infinidad de inteligencias que permiten el funcionamiento de lo creado. Estas inteligencias pueden ser conceptual izadas como las energías encargadas de mantener la armonía del universo ó antropomorfizar dichas energías en las figuras de ángeles.
Por último ingresamos al cuarto descenso y último Plano de manifestación denominado Mundo de la Acción (Olam ha'Asiyyah . Aquí se mantiene todo lo logrado hasta el Mundo de la Formación, y simplemente se pasa a la constitución física, logrando así la completa realización de la manifestación divina. Es por esta razón que, si bien es cierto todos los mundos son de igual importancia para lograr el objetivo divino, es en este último donde se logra la completa culminación de la Manifestación de Dios. A partir de este mundo material es que nuevamente comenzará el ascenso a la Divinidad o camino de retorno a Él. Cada una de las esferas del árbol de la vida tiene un chakra mundano, que a partir de la tercera esfera corresponden a los siete planetas empleados en la astrología clásica.
Otras de las atribuciones del Tetragrámaton están contenidas en la siguiente tabla
YOD-Rojo-Fuego-León-Querer-Primavera-Basto-Trébol-Padre-Infancia-
HE-Azul-Agua-Angel-Saber-Verano-Copa-Corazón-Madre-Adultez-
VAV-Verde-Aire-Aguila-Osar-Otoño-Espada-Pica-Hijo-Vejez-
HE-Negro-Tierra-Toro-Callar-Invierno-Oro-Dimante-Familia-Muerte-
VAV-Verde-Aire-Aguila-Osar-Otoño-Espada-Pica-Hijo-Vejez-
HE-Negro-Tierra-Toro-Callar-Invierno-Oro-Dimante-Familia-Muerte-
1 comentario:
Leyendo tu post, Sator, estuve recordando que la primera vez que me interesé por la Cábala, me fascinó especialmente la división de las diez séfiras y su triple concepción. Una idea subyugante sin duda, donde el principio masculino/activo/positivo y el principio femenino/pasivo/ negativo rodean al principio de la calma y el equilibrio, la conjución de ambos valores en una idea concreta y coadyuvante.
Siempre he sentido que no solo el Tetragamatrón representa al yo arquetipico, una busqueda concisa e interpretativa del elemento "Dios" como particularidad correlativa y energética del elemento "Hombre", sino que representa el balance entre la idea de la luz cósmica y la formación de una idea de la divinidad coherente con el equilibrio energético.
De la misma manera creo que las correspondencias mágicas en el árbol de la vida, crean un nivel simbólico altisimo y profundamente cognoscitivo. ¿No podría pensarse que Kether es la aspiración absoluta de belleza y bondad más intima del ser humano y Malkuth su inevitable carnalidad? Preguntas sin respuestas que tal vez, el buen Jung habría podido responder desde los albores de su visión profunda de la razón humana.
De nuevo, un post implecable y maravillosamente coherente. Un placer leerte.
Besos y saludos.
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